domingo, 2 de octubre de 2011

Pandemia histórica

Por Hernando García Mejía 

El 12 de enero de 1824, hace 187 años, Simón Bolívar, preocupado por la corrupción que asolaba las esmirriadas arcas del país, dictó y firmó un decreto para castigarla en cabeza de sus perpetradores y usufructuarios. Lo reproduzco no solo como curiosidad documental sino como prueba incontrovertible de que esta mísera republiqueta del Corazón de Jesús y de pillos de todos los colores, pelambres y poderes ha sido saqueada desde sus mismísimos orígenes. Aquí va, gracias al gentil envío de un amigo de la Red, que en medio de tanta basura, pornografía y denuncias inútiles arrastra, de tarde en tarde, perlas interesantes y bienvenidas:

“Teniendo Presente:

1°–Que una de las principales causas de los desastres en que se ha visto envuelta la República, ha sido la escandalosa dilapidación de sus fondos, por algunos funcionarios;

2°–Que el único medio de extirpar radicalmente este desorden es dictar medidas fuertes y extraordinarias, he venido en decretar, y

Decreto:

Artículo 1°–Todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital.

Artículo 2°–Los jueces a quienes, según la ley, compete este juicio, que en su caso no procedieren conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena.

Artículo 3°–Todo individuo puede acusar a los funcionarios públicos del delito que indica el Artículo 1°.

Artículo 4°–Se fijará este decreto en todas las oficinas de la República, y se tomará razón de él en todos los despachos que se libraren a los funcionarios que de cualquier modo intervengan en el manejo de los fondos públicos.

Imprímase, publíquese y circúlese.

Dado en el Palacio Dictatorial de Lima, a 12 de enero de 1824.

SIMÓN BOLIVAR”

El Libertador mencionó la cifra de “diez pesos arriba”, que en esa época debió ser mucho dinero, pero como el negocio ha venido evolucionando y engordando constantemente hasta sumas inimaginables y estratosféricas, ahora se habla de billones (con b larga: valga la aclaración para eludir confusiones empobrecedoras). ¿Qué hubiera dicho Bolívar de los Moreno y los Nule, por ejemplo?  De seguro, después de la primera ejecución habría decretado la resurrección simbólica para repetirles la dosis.

Lo curioso es que el tema se ha prestado para que politiqueros de todo tipo y, naturalmente, de copioso y ensortijado rabo de paja, anuncien campañas “depuradoras”. ¿Recuerdan a Uribe convocando a linchar a los corruptos?  De ser obedecido se habría quedado sin seguidores.

Broche

¿Por qué el Congreso es una porquería? ¡Por tipos como Corzo! 

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